Yoh Ueno recibe más de lo que esperaba cuando Kisaragi, la delincuente de la clase, empieza a pasar el rato en su apartamento por su afición compartida a los videojuegos. Las cosas empiezan a calentarse cuando ambos comienzan a "castigarse" mutuamente por perder, y los "castigos" toman rápidamente un cariz sexual...